carta vieja a mi familia (pachacuti style)

Supongo que el crear instituciones le ha servido al ser humano para organizarse en diversos tipos de sociedades, mas no debemos olvidar que son solo estructuras funcionales. En el contexto actual de crisis de gran parte de ellas, es que podemos analizar a la familia, cómo organismo base cuya función primaria es asegurar amparo a sus miembros del mundo hostil, mediante la facilitación de cuestiones concretas que hacen a la calidad de vida como el alimento y el techo, y el igualmente importante desarrollo del yo y su inserción en el mundo humano. Al ser una herramienta al servicio del hombre, esta debería mutar acompañando los cambios profundos en las sociedades y en el seno de cada individuo. Cierta asincronía reinante entre estos factores (familia, ser individual), destruye el sentido de permanencia que tienen como característica cualquier relación entre una institución y las personas que la componen. Detrás de esa organización, quedan desnudos los vínculos que se tejen y las relaciones individuales asumen un rol protagónico en la vida personal.

Es fácil: no me interesa una familia que no funciona ni ha funcionado para mí, lo que aún trato de mantener son los vinculos con mis hermanos, la gente que me quiere. Concretamente, nadie obliga nada a nadie, cada uno es libre y por ende responsable de sus actos, de sus posicionamientos, frente a la vida, frente a sus seres queridos, y nada más importa, lo que queda es lo que pasa, el amor que fructifíca o un árbol seco desde la raíz a la punta. Es una cuestión de elecciones, y apelando a ambos corazones es que sueño con un futuro al menos pacífico entre nosotros. Un abrazo.

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